En un mundo donde el trabajo híbrido ha difuminado las fronteras entre lo profesional y lo personal, las oficinas ya no son solo espacios de trabajo: son manifestaciones físicas de la cultura de una empresa. Y en Euskadi, muchas compañías están apostando por renovar estos espacios con un objetivo claro: atraer talento global —incluido el que un día se fue y hoy contempla volver.

Interiorismo corporativo con visión internacional

 Lo que antes se consideraba un “lujo”, hoy es una ventaja competitiva. Oficinas pensadas para favorecer la creatividad, el bienestar y la conexión humana. Espacios que no solo reflejan los valores de una organización, sino que también compiten —en diseño, comodidad y funcionalidad— con cualquier sede en Londres, Ámsterdam o Berlín.

Este enfoque no es solo estético: responde a una necesidad estratégica. Según un estudio de Steelcase, el 87% de los profesionales valora el entorno físico como un factor decisivo para elegir empresa, especialmente cuando se trata de decidir si volver a trabajar de forma presencial o híbrida. Y en Euskadi, con más de 18.000 personas vascas trabajando en el extranjero, según datos del Eustat, el retorno del talento es una oportunidad de oro… si se sabe atraer.

Caso real: Tecnalia y su sede en Donostia

Un ejemplo emblemático es el de Tecnalia, uno de los centros tecnológicos más importantes del sur de Europa. Su sede en el Parque Científico y Tecnológico de Gipuzkoa no solo está equipada con tecnología de última generación, sino que ha sido diseñada para fomentar la interacción entre equipos multidisciplinares, investigadores internacionales y partners estratégicos.

El resultado: un entorno de trabajo altamente atractivo que ha contribuido a posicionar a Tecnalia como un polo de innovación capaz de atraer talento investigador desde Alemania, Francia o Reino Unido. Solo en los últimos tres años, el 15% de sus nuevas incorporaciones han sido perfiles internacionales o retornados.

Volver, sí. Pero a espacios con futuro

La realidad es que muchos profesionales vascos que desarrollan su carrera fuera quieren volver. Pero no a cualquier precio. Las expectativas han cambiado. Hoy buscan organizaciones con propósito, flexibilidad… y espacios donde el trabajo sea también una experiencia positiva.

Empresas como Sener, Petronor o CAF ya han reformado sus oficinas para responder a estas nuevas demandas. Y lo han hecho no solo por estética, sino porque entienden que el diseño impacta directamente en la retención, la motivación y la atracción del mejor talento.

El diseño como ventaja competitiva

El interiorismo corporativo ya no es un extra: es una inversión con retorno claro. Según Deloitte, las empresas con oficinas “bien diseñadas” aumentan la satisfacción de sus empleados en un 33%, y pueden reducir la rotación de personal hasta un 20%. En un mercado donde cada talento cuenta, ese margen puede marcar la diferencia.

Euskadi tiene una oportunidad: seguir posicionándose como un lugar atractivo para trabajar, innovar… y volver. Y el diseño de sus espacios de trabajo será, sin duda, una de sus mejores cartas.