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La importancia de la zona de estudios de nuestros hijos

Son muchos los niños que presentan problemas a la hora de sentarse a estudiar. Los problemas de concentración, de comprensión, de síntesis, son entre muchos otros, adversidades a las que los jóvenes se tienen que enfrentar casi a diario.

En muchos colegios les aportan técnicas de estudio que les ayudarán a conseguir sus objetivos, pero que no siempre son suficientes para que realicen su estudio de forma correcta.

 

 

Los factores que intervienen en el rendimiento académico son de gran importancia, ya que influyen directamente en el nivel de aprendizaje y conocimiento que los alumnos logran desarrollando los hábitos de estudio, tomando en cuenta la situación real referido a las comodidades que sus viviendas presentan, el entorno donde se desarrollan y la influencia de los docentes que no cuentan con adecuadas estrategias para aplicar técnicas de estudio, generan bajo rendimiento académico, deserción, no ser promovidos a los siguientes grados de estudio asumiendo que el problema es únicamente de los alumnos, y no poder ver el origen del mismo.

Desde pequeños

Durante la etapa de Primaria, el alumnado adquiere los hábitos de estudio de manera informal y progresiva, ya que por lo general no suelen enseñarse directamente, al menos hasta el último ciclo de la etapa. Al iniciar la Secundaria, los estudiantes experimentan una mayor exigencia en el trabajo escolar que les requiere un esfuerzo mayor que el que venían aplicando en la etapa de Primaria. Tienen más asignaturas, el peso de los exámenes es mayor y estos son más frecuentes.

 

 

Facilitar la concentración

Empezando por lo más básico, nos encontramos a niños que no disponen de un sitio físico adecuado dónde sentarse en un escritorio y comenzar sus tareas. En muchos casos,  comparten escritorio con sus hermanos o éste se encuentra en un lugar de paso, o incluso en un gran número de ocasiones hacen sus deberes en la mesa del salón o de la cocina.

Son muchos los padres que prefieren tener al niño cerca mientras ellos realizan sus tareas domésticas, como ir preparando la cena o recogiendo el salón. Así pueden atender a las dudas de su hijo, lo tienen controlado y no retrasan sus obligaciones domésticas. Entendemos que puede ser lo más cómodo, pero en ningún caso es lo mejor para nuestro hijo.

El lugar de estudio debe ser un sitio donde exista tranquilidad, ausencia de ruidos, no tener nada a la vista que pueda llevar a la desconcentración o distracción (limitar el numero de cosas en la mesa o a su alrededor); estos son factores que ayudan no solo al estudio, sino que animan a desarrollar e instaurar el hábito de estudio desde que son pequeños.

Enseñarles a estudiar, al igual que le enseñamos a lavarse los dientes, a vestirse o a comer, son hábitos que favorecen al menor y que tendrán repercusiones positivas a lo largo de su vida. Es por ello que debemos prestarle una gran importancia, pues en muchos casos nos encontramos con padres que presentan continuas quejas porque sus hijos no estudian, se sientan y están horas «mareando» sin hacer nada, se levantan a comer, cogen el teléfono, demandan nuestra atención, etc.

Tener un lugar tranquilo que disponga de mesa de estudio, con las menores distracciones posibles, que se encuentre en una habitación donde la puerta pueda cerrarse y, en la medida de lo posible, de uso único del niño. De esta manera siempre estará disponible para su utilización.

Evitar compartir espacio de trabajo con un hermano, al igual que el material y cualquier otra cosa que necesiten, pues es una de las maneras de evitar la distracción.

En su escritorio deberá tener todo lo necesario para el estudio (goma, lápices, hojas). Es la manera de no tener una excusa para perder el tiempo levantándose del escritorio para ir a buscar el material que le falta.

 

 

Los básicos

Prescindir del teléfono móvil mientras estudian.

Realizar la merienda antes del estudio para así evitar el paseo a la cocina.

Una fuente de luz adecuada es un factor muy importante, pues evita el cansancio provocado por el esfuerzo hecho con la vista.

La silla toma un lugar destacado pues si la misma es incómoda intentará acortar el tiempo para levantarse cuanto antes. Debe ser recta y con un buen respaldo, ajustada a su altura y que cuide su bienestar postural para evitar problemas de espalda a futuro.

La mesa, también adaptada a su altura, amplia y que le permita colocar todos los materiales necesarios para su estudio.

La temperatura es relevante, siempre y cuando el niño debe estar a gusto y evitar calor, dado que puede promover el cansancio y la fatiga, hasta dolores de cabeza. Máximo 23º.

Debe tratarse de una zona con buena ventilación.

Orden, mantener el orden de la mesa y del lugar de trabajo ayudará a evitar distracciones y optimizar el tiempo de estudio.

Bibliografía:

HABITOS DE ESTUDIO Y RENDIMIENTO ACADÈMICO Zoila García García, Educativa por la Universidad Nacional de Educación, Ecuador

CÓMO ESTUDIAR CORRECTAMENTE: EL LUGAR DE ESTUDIO CORRECTO, centro de Psicología Psicoadapta.

 

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