ArtículoLa importancia de la privacidad y la concentración
La importancia de la privacidad y la concentración
Tanta importancia tiene la colaboración como la concentración. Precisamente, una de las quejas más frecuentes en los espacios de trabajo abiertos es la incapacidad para concentrarse en una actividad que requiere un alto grado de comprensión y abstracción. Según una encuesta sobre privacidad en el espacio de trabajo realizada por Steelcase, el 85% de los empleados no puede concentrarse en los espacios diáfanos y la tercera parte, el 31%, asegura que tiene que abandonar la oficina para acabar su trabajo. A tenor de estos datos, la falta de privacidad y concentración en los espacios de trabajo se ha convertido en una necesidad de primer orden.
La auténtica privacidad consiste en tener la capacidad para controlar tanto los estímulos internos como los externos que cada trabajador quiera recibir.
Cada empleado que trabaja en una oficina abierta pierde una media de 86 minutos de su tiempo debido a distracciones en el entorno laboral, según una encuesta realizada por Steelcase e IPSOS a 10.000 trabajadores de 14 países. De acuerdo con este informe, cada tres minutos los trabajadores que desempeñan su puesto en espacios abiertos son interrumpidos por e-mails, móviles y otras personas.
Según los estudios de Steelcase, las personas evalúan instintivamente cuatro mecanismos, a menudo interrelacionados, que determinan si un espacio puede ofrecerles la experiencia de privacidad que buscan:
Privacidad acústica: El no ser molestado por el ruido y/o poder crear su propio ruido sin molestar a otros.
Privacidad visual: El no estar a la vista de otros y/o librarse de las distracciones visuales.
Privacidad territorial: El adueñarse de un espacio y controlarlo como si fuera propio (la privacidad olfativa es un subconjunto).
Privacidad de la información: El mantener la confidencialidad de información (analógica y/o digital) y/o las conversaciones.
Las personas buscan privacidad por diversos motivos y que la desean durante diversos períodos de tiempo. En algunas ocasiones puede consistir en encontrar un lugar donde poder estar sentado y concentrado una hora y en otras ocasiones puede consistir en estar tranquilo durante 20 minutos entre reuniones de gran intensidad para descansar la mente y aclarar las ideas. Vemos oportunidades para reinventar los espacios privados en todo el rango de espacios de trabajo con el fin de ofrecer a las personas zonas que puedan ser muy personales y personalizables cuando ellas lo necesiten. Disponer de opciones y de determinado control a la hora de trabajar es fundamental para el bienestar y el rendimiento de las personas.
Puesto que la necesidad del ser humano de privacidad e interacción son el yin y el yang (esencialmente diferentes, pero complementarios), no existe un único tipo de espacio de trabajo óptimo.
Es importante tener en cuenta que los límites de los espacios de privacidad pueden ser abiertos, apantallados o cerrados, así como que la privacidad puede ser una experiencia individual, de equipo o individual en grupo. Además de disponer de espacios para el retiro personal, poder mantener conversaciones privadas o realizar trabajo concentrado sin estar a solas también son dimensiones importantes de la privacidad de los espacios de trabajo. Para satisfacer todo el abanico de necesidades de privacidad, es necesario proporcionar espacios para pequeños grupos, así como para individuos. A la hora de planificar también debería tenerse en cuenta que la privacidad personal puede lograrse en espacios designados para el trabajo en equipo si se acompaña de estrictos protocolos organizativos.
Mas información sobre soluciones de privacidad: Clic aquí.
La importancia de la privacidad y la concentración
Tanta importancia tiene la colaboración como la concentración. Precisamente, una de las quejas más frecuentes en los espacios de trabajo abiertos es la incapacidad para concentrarse en una actividad que requiere un alto grado de comprensión y abstracción. Según una encuesta sobre privacidad en el espacio de trabajo realizada por Steelcase, el 85% de los empleados no puede concentrarse en los espacios diáfanos y la tercera parte, el 31%, asegura que tiene que abandonar la oficina para acabar su trabajo. A tenor de estos datos, la falta de privacidad y concentración en los espacios de trabajo se ha convertido en una necesidad de primer orden.
La auténtica privacidad consiste en tener la capacidad para controlar tanto los estímulos internos como los externos que cada trabajador quiera recibir.
Cada empleado que trabaja en una oficina abierta pierde una media de 86 minutos de su tiempo debido a distracciones en el entorno laboral, según una encuesta realizada por Steelcase e IPSOS a 10.000 trabajadores de 14 países. De acuerdo con este informe, cada tres minutos los trabajadores que desempeñan su puesto en espacios abiertos son interrumpidos por e-mails, móviles y otras personas.
Según los estudios de Steelcase, las personas evalúan instintivamente cuatro mecanismos, a menudo interrelacionados, que determinan si un espacio puede ofrecerles la experiencia de privacidad que buscan:
Privacidad acústica: El no ser molestado por el ruido y/o poder crear su propio ruido sin molestar a otros.
Privacidad visual: El no estar a la vista de otros y/o librarse de las distracciones visuales.
Privacidad territorial: El adueñarse de un espacio y controlarlo como si fuera propio (la privacidad olfativa es un subconjunto).
Privacidad de la información: El mantener la confidencialidad de información (analógica y/o digital) y/o las conversaciones.
Las personas buscan privacidad por diversos motivos y que la desean durante diversos períodos de tiempo. En algunas ocasiones puede consistir en encontrar un lugar donde poder estar sentado y concentrado una hora y en otras ocasiones puede consistir en estar tranquilo durante 20 minutos entre reuniones de gran intensidad para descansar la mente y aclarar las ideas. Vemos oportunidades para reinventar los espacios privados en todo el rango de espacios de trabajo con el fin de ofrecer a las personas zonas que puedan ser muy personales y personalizables cuando ellas lo necesiten. Disponer de opciones y de determinado control a la hora de trabajar es fundamental para el bienestar y el rendimiento de las personas.
Puesto que la necesidad del ser humano de privacidad e interacción son el yin y el yang (esencialmente diferentes, pero complementarios), no existe un único tipo de espacio de trabajo óptimo.
Es importante tener en cuenta que los límites de los espacios de privacidad pueden ser abiertos, apantallados o cerrados, así como que la privacidad puede ser una experiencia individual, de equipo o individual en grupo. Además de disponer de espacios para el retiro personal, poder mantener conversaciones privadas o realizar trabajo concentrado sin estar a solas también son dimensiones importantes de la privacidad de los espacios de trabajo. Para satisfacer todo el abanico de necesidades de privacidad, es necesario proporcionar espacios para pequeños grupos, así como para individuos. A la hora de planificar también debería tenerse en cuenta que la privacidad personal puede lograrse en espacios designados para el trabajo en equipo si se acompaña de estrictos protocolos organizativos.
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